Expresiones del autorEl Miedo como Herramienta de Mutación Social: Entre el Poder y la Percepción
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El Miedo como Herramienta de Mutación Social: Entre el Poder y la Percepción

Autor: ©2024 William Castano-Bedoya

CRÓNICAS DE TRES MILLAS: Reflexiones e impresiones sobre el miedo que somos

Mientras caminaba hoy, el viento suave del otoño Floridano casi inexistente y el crujir de las hojas miamences bajo mis pies me recordaron lo efímera que es la vida, y cómo el miedo, esa constante sombra, puede tomar distintas formas… Ese temor tan personal, tan inherente a la experiencia humana, parecía estar a mi alrededor, no solo en mí, sino en todos los que me rodean. Era como si en cada paso, en cada respiración, el miedo se extendiera en una red invisible que nos conecta a todos. Aquel día, mientras recorría mi ruta habitual, algo cambió. Reflexioné no solo sobre el miedo que yo siento, sino sobre ese miedo colectivo que todos compartimos, un miedo que se alimenta de las incertidumbres que nos acechan desde todos los rincones del mundo.

No podemos transitar nuestra existencia sin reflexionar sobre el influjo del miedo, ese fenómeno omnipresente que moldea nuestra travesía en esta mutación humana que denominamos vida. El miedo, esa emoción esencialmente humana, se convierte en un arma poderosa: el materialismo puede emplearlo para silenciar el idealismo, mientras que, paradójicamente, el idealismo puede utilizarse para vapulear las estructuras del materialismo. Este juego dialéctico entre ambas fuerzas es crucial para entender cómo el miedo se convierte en una herramienta para el control social y político.

A lo largo de la historia, el miedo ha servido para impulsar el poder, pero también para limitarlo. Como una fuerza en el corazón de las estructuras de poder, el miedo no solo dinamiza la política, sino que actúa como un freno, un mecanismo de control que perpetúa el dominio de ciertos grupos y restringe el progreso de las sociedades. Esta dualidad del miedo es fundamental para entender cómo se manipulan las percepciones y los comportamientos colectivos en la sociedad contemporánea.

«El coraje es la resistencia al miedo, el dominio del miedo, no la ausencia de miedo.»
Mark Twain, Memorable escritor estadounidense

El miedo se ha utilizado en distintas épocas como un instrumento para fortalecer el poder. Durante los períodos de crisis, ya sea social, económica o de seguridad, aquellos que dominan los medios de comunicación y las narrativas públicas han entendido cómo usar el miedo para movilizar a las masas, ya sea en favor de una causa política o para justificar la opresión de ciertos grupos. En tiempos de miedo, las políticas autoritarias y restrictivas encuentran un terreno fértil para su implementación.

En la actualidad, el miedo ya no solo se limita a la guerra o las pandemias. La constante amenaza de crisis sociales, económicas y ecológicas se utiliza para mantener el control sobre la opinión pública. Las narrativas que generan miedo no se basan en la realidad de una amenaza inminente, sino en la construcción de una narrativa que distorsiona la percepción del mundo. En lugar de fomentar la cooperación y el entendimiento, el miedo fragmenta, divide y enfrenta a los individuos, creando un ambiente donde el «otro» se convierte en el enemigo.

«El miedo a lo desconocido es la raíz de todo mal, y cuando no entendemos lo que está sucediendo, inventamos enemigos. Y decimos que son peligrosos.»
José Saramago, Premio nobel de literatura en 1998  

Un ejemplo claro de esta manipulación del miedo lo encontramos en las políticas migratorias, donde la creación de una «amenaza externa» se presenta como justificante de políticas excluyentes y represivas. Este tipo de miedo no solo afecta a los inmigrantes, sino también a los ciudadanos que temen por su seguridad económica y social. De esta manera, el miedo no solo refuerza las desigualdades, sino que las perpetúa, creando divisiones artificiales que favorecen a quienes están en el poder.

El miedo, entonces, no es solo una reacción ante una amenaza real. En muchas ocasiones, se construye como una herramienta estratégica para mantener la hegemonía de ciertos grupos. Este tipo de miedo, amplificado por los medios de comunicación y las redes sociales, influye en cómo percibimos a los demás y cómo interactuamos con el mundo. En este sentido, el miedo es mucho más que una emoción: es una construcción social que puede utilizarse para moldear la realidad y las percepciones colectivas de manera estratégica.

«Plata y miedo nunca hemos tenido.»
Juan Fernando Quintero, Jugador colombiano de fútbol

Estos días escuché una entrevista realizada a un jugador de fútbol cuyo talento ayudó a cosechar un preciado título continental. No solo me conmovió la nobleza de su rostro ante el arrollador triunfo, sino la profundidad de sus palabras, que brotaron desde la humildad. A pesar de ser una estrella, pertenece a la gente humilde que lo sigue y lo venera como un gran ídolo. Este jugador sostuvo, con firmeza y espontaneidad, una declaración que, aunque no tenía preparada, se grabó en mi memoria: “Plata y miedo nunca hemos tenido».

Esta declaración, profunda en su simplicidad, me acompaña al pensar en los proyectos que tenemos por delante. A medida que avanzamos en el tejido de la historia humana, marcada por el miedo y sus múltiples formas de manipulación, mis esfuerzos futuros se centran en una visión que, aunque tal vez utópica, pretende vivir sin ese temor que se ha utilizado como herramienta para controlar y dividir. Porque, como nos enseña la experiencia colectiva, el futuro solo será verdaderamente nuestro cuando nos atrevamos a imaginarlo y construirlo sin la sombra del miedo que nos frena.

En conclusión, el miedo ha dejado de ser una simple reacción instintiva. Hoy en día, se ha transformado en una poderosa herramienta de control social, utilizada por quienes están en el poder para dividir, manipular y perpetuar su influencia. Para enfrentar esta manipulación, debemos aprender a reconocer cómo se crea y se distribuye el miedo, cuestionar las narrativas que nos imponen y buscar formas de reconstruir una sociedad basada en la comprensión mutua y el respeto, no en el temor.

La historia humana está marcada por el miedo, y el futuro solo será verdaderamente nuestro cuando aprendamos a reconocer este miedo y elegir, por encima de él, la posibilidad de construir una realidad más compasiva y equitativa

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William es un escritor Colombo estadounidense que cautiva al lector con su habilidad para plasmar las experiencias únicas y las luchas universales de la humanidad. Originario del Eje Cafetero de Colombia, nació en Armenia y pasó su juventud en Bogotá, donde estudió Marketing y Publicidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. En la década de 1980, emigró a Estados Unidos, donde se naturalizó como ciudadano estadounidense y desempeñó roles destacados como líder creativo y de imagen para proyectos de grandes corporaciones. Después de una exitosa carrera en el mundo del marketing, William decidió dedicarse por completo a su verdadera pasión: la literatura. A principios de siglo comenzó a escribir, pero fue en 2018 cuando tomó la decisión de hacer de la escritura su principal ocupación. Actualmente, reside en Coral Gables, Florida, donde encuentra inspiración para sus obras. El estilo de escritura de William se distingue por su profundidad, humanidad y autenticidad. Entre sus obras más destacadas se encuentran ‘Nos Vemos en Estocolmo’, ‘Los Mendigos de la luz de Mercurio: We the Other People’, ‘El Galpón’, ‘Flores para María Sucel’ y ‘Los Monólogos de Ludovico’.

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